Alimentación y estilo de vida en relación a enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en Europa, EE UU y gran parte de Asia. Por su parte, en Chile, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte, con tasas de alrededor de 28%.

Se ha observado que los factores de riesgo estarían presentes cada vez a edades más tempranas. Es así como se ha informado un incremento de la prevalencia de obesidad y sus factores condicionantes, de hipertensión arterial, hipercolesterolemia y tabaquismo, es decir, los estilos de vida influyen fuertemente en el desarrollo de este tipo de enfermedades.

 Es por esto que, el estrés y la mala alimentación son los principales objetivos que hay que modificar para reducir la incidencia de este tipo de enfermedades.

 

Recomendaciones sobre su estilo de vida

1) Bajar los consumos de grasa y colesterol en la dieta, con objeto de controlar los niveles de lípidos circulantes. Se recomienda mantener el colesterol total en cifras inferiores a 200 mg/dl.

La fracción del colesterol que más hay que vigilar es el LDL-colesterol. Además es importante vigilar la relación LDL-Colesterol / HDL– colesterol.

El HDL ayuda a disminuir el exceso de colesterol de los tejidos, arterias, vasos, etc, para ser metabolizado en el hígado y luego eliminado por el organismo. Tener un nivel bajo de HDL se asocia a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

2) Realizar Actividad física: Los bajos niveles de HDL suelen ser una consecuencia de inactividad física.

Fisiológicamente el ejercicio actúa sobre el corazón y los vasos de las siguientes formas: Aumentando el ritmo cardíaco, aumentando la fuerza de contracción, mejora el rendimiento cardiorrespiratorio, disminuye el porcentaje de masa grasa.

Está demostrado que aquellos que hacen ejercicio isotónico con regularidad, desarrollan un efecto de entrenamiento cardíaco, una mejor recuperación, o un ritmo cardíaco basal que tiene la capacidad de responder con agilidad durante el ejercicio para aumentar el rendimiento cardíaco.

3) Evitar  fumar: Los niveles bajos de HDL a menudo son una consecuencia del hábito de fumar.

4) Consumo de ácidos grasos controlados: La cantidad y calidad de ácidos grasos de la dieta es uno de los condicionantes que podemos controlar directamente, que más influye en el colesterol.

Una dieta saludable debe tener un porcentaje de grasas en torno al 30 %.

Más que sólo respetar el porcentaje, debe fijarse que las grasas saturadas se vea disminuido en favor de los poliinsaturados y monoinsaturados. Así, conviene consumir pescado varias veces a la semana (no pescado de granjas) y preferiblemente azul y aceite de oliva virgen como grasa añadida.

5) Controlar el consumo de sodio: Es una buena idea, reducir el consumo de sodio (entre 2- 3 g/día), para prevenir la acumulación de líquidos y el desequilibrio electrolítico.

6) Proteinas de origen vegetal: Se han encontrado evidencias que sugieren que el incremento en la dieta de proteínas de origen vegetal, principalmente procedentes de la soja y las legumbres, mejoran los valores de presión arterial y reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular.

7) Vitaminas: Las vitaminas E, A y C son antioxidantes y tienen más importancia a nivel cardiovascular. Estas vitaminas son capaces de evitar la formación de los radicales libres de oxígeno responsables de la oxidación de las lipoproteínas, por lo que pueden contribuir a prevenir el desarrollo de la placa de ateroma. Podemos encontrarlos en alimentos como aceitunas, col, broccoli, calabaza, legumbres, soja y otros vegetales, el té, el chocolate, aceite de oliva y vino tinto con moderación.

8 ) Minerales y oligoelementos: El calcio, el fósforo, el potasio, el sodio y el magnesio le pueden ayudar en su salud cardiovascular.

 

Factores que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular:

1) Diabetes: La diabetes mellitus duplica el riesgo de eventos cardiovasculares. El tratamiento nutricional es esencial. Un adecuado control glucémico disminuye el riesgo cardiovascular.

2) Obesidad: La obesidad está directamente relacionada con la enfermedad cardiovascular por la coexistencia con otros factores de riesgo, particularmente dislipemia, hipertensión y diabetes. En obesos una pérdida de peso en torno al 10 % se ha demostrado que disminuye el riesgo cardiovascular.

 

Como resumen podemos ver, que un estilo de vida saludable, puede ayudar a prevenir desde diversos frentes (alimentacion, actividad física, no fumar, etc.) algunas enfermedades cardiovasculares. El seguir o no las recomendaciones depende de usted.